En los tiempos actuales es necesario tomar conciencia de la importancia de la alimentación sostenible para proteger el medioambiente. Si quieres aprender más sobre este tipo de alimentación y unos consejos para llevarla a la práctica ¡sigue leyendo!
¿Qué es la alimentación sostenible?
La alimentación sostenible es una alimentación con bajo impacto ambiental ya que en ella predominan los alimentos de origen vegetal: hortalizas, frutas, verduras, legumbres…, que además son saludables y frescos. Adoptando este tipo de alimentación se consigue, aparte de comer más sano, combatir el cambio climático. En el siguiente vídeo puedes observarlo.
6 consejos para llevar a cabo la sostenibilidad alimentaria.
Reducir el consumo de alimentos de origen animal.
Es importante reducir el consumo de carne, que es muy elevado en la población, ya que su producción emite gases de efecto invernadero. También, es preferible que la carne consumida proceda de la ganadería extensiva porque su huella de carbono es menor que si procediera de la ganadería intensiva.
Consumir productos locales y de temporada.
Esto quiere decir que elijamos en mayor medida productos que se fabrican en nuestra localidad, ciudad o país que, al ser de temporada, van a estar en su máxima calidad y mejor precio. Además de contribuir a la sostenibilidad del planeta puesto que la proximidad de estos productos reduce la huella de carbono, estas acciones van a provocar el crecimiento de la economía local.
Elegir productos a granel.
Los productos a granel poseen la ventaja de reducir el impacto que tiene el envasado aunque es necesario estar más atentos a su caducidad (ya que es más reducida) y hay que conservarlos de manera correcta en cuanto a temperatura y lugar.
Evitar el desperdicio de alimentos.
Al hilo de lo anterior, es necesario evitar desperdiciar los alimentos y para ello podemos hacer lo siguiente:
- Aprovechar la comida sobrante para elaborar otros platos. Te dejo unas recetas de cocina de aprovechamiento para que les eches un vistazo y si quieres las pongas en práctica.
- Repartir raciones de menor cantidad para no tirar a la basura lo que sobre.
- Consumir los alimentos por orden de fecha de caducidad, probablemente los que has comprado en fecha anterior sean los más próximos en caducarse.
- Tener en cuenta que la fecha de consumo preferente no es igual a la fecha de caducidad ya que, una vez pasada la fecha indicada, se puede seguir consumiendo aunque haya perdido algunas propiedades.
- No comprar productos que no sean necesarios para evitar que no se lleguen a consumir todos a tiempo.
- Donar los excedentes de comida.
Reducir el consumo de productos procesados.
Basar nuestra alimentación en productos frescos y comer productos procesados y, por supuesto, ultraprocesados en menor cantidad nos beneficia a nivel de salud y a nivel medioambiental debido a que son productos naturales 100% y sin aditivos.
Apostar por el comercio justo.
El comercio justo fomenta la equidad en el comercio internacional, contribuye al desarrollo sostenible y asegura los derechos de los productores, por tanto, es necesario apoyarlo. ¿Cómo hacerlo? Tan sencillo como que cuando vayamos a comprar productos como el café que provienen de otros países, elijamos aquellos que tienen el sello WTFO o FLO ya que indica que son de comercio justo. Te recomiendo la plataforma Coordinadora Estatal de Comercio Justo si quieres obtener más información sobre este tema.
Espero que hayas aprendido más sobre la alimentación sostenible y lleves a cabo algunas (o todas) de estas acciones, que como puedes ver, son pequeños gestos que pueden mejorar el planeta.
Si te animas, en Molino de Jaranda podrás realizar una actividad llamada de la huerta a tu mesa , donde recolectarás frutas y verduras de nuestro huerto ecológico para después consumirlas. ¡Te esperamos!
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